El nombre técnico correcto es el de vidrio laminado de seguridad y está compuesto por varias láminas de vidrio entre las que se intercalan diversas capas de otros materiales, diseñados para absorber el impacto de un proyectil.  

Generalmente está formado por tres capas: dos lunas de cristal grueso y duro entre las que se intercala una capa de plástico. Aunque también es frecuente que se alternen varias capas de ambos materiales para aumentar su resistencia. Todas estas capas se funden entre sí, mediante una elevada presión que impida que se separen, en un proceso llamado laminación. La pieza única obtenida tiene un espesor que varía de 14 a 72 mm, de acuerdo con el nivel de protección que se requiera.

Gracias a la dureza que aporta el cristal y a la elasticidad del segundo material, el sistema de blindaje puede absorber la energía cinética que libera el impacto de un proyectil. Además, cuando el cristal recibe el impacto, se quiebra, pero las esquirlas quedan adheridas a las capas intermedias, manteniendo así la integridad del conjunto.